Una joven descubre una gran estafa en Airbnb por accidente durante sus vacaciones en EU

Una joven descubre una gran estafa en Airbnb por accidente durante sus vacaciones en EU

Las fotos que envió se veían lo suficientemente bien desde mi celular, y dada la situación, acepté de mala gana. Mi única condición fue que pusiera por escrito lo que habíamos acordado verbalmente: que regresaría al Airbnb original lo antes posible o que me reembolsarían la mitad del dinero si el problema de la plomería no se podía resolver. Estuvo de acuerdo y acepté un cambio en mi reserva a través de la aplicación de mensajería de Airbnb.

Por Allie Conti, traducido por Daniela Silva. Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Ciudad de México, 9 de noviembre (SinEmbargo).- Recibí una llamada diez minutos antes de la hora que habíamos acordado para hacer el registro en el Airbnb. Estaba sentada en una cervecería a la vuelta del apartamento. Era el arrendador, que quería informarme que no sería posible que nos quedáramos ahí. El inquilino anterior había atascado el baño y estaba todo inundado, explicó. Después de disculparse, prometió que nos podríamos quedar en otra de las propiedades que administraba hasta que lograra encontrar un plomero.

Había viajado con dos amigos a Chicago con la idea de descansar y terminar bien el verano. Conseguimos boletos para asistir al Riot Fest, donde iban a tocar Blink-182 y Taking Back Sunday. El viaje había tenido un comienzo difícil, incluso antes de la llamada. Aproximadamente un mes antes, un primer anfitrión de Airbnb nos había cancelado, dejándonos con poco tiempo para buscar otra opción. Desesperada por encontrar algo, me topé con el Airbnb de una pareja: Becky y Andrew. La casa se veía medio básica en las fotos pero no estaba mal; sobre todo, teniendo en cuenta la escasez de tiempo. Tenía luz, era espaciosa y quedaba cerca del Metro.

La llamada me hizo sospechar; era un número de los Ángeles y el hombre tenía un acento raro. Con la esperanza de poder hablar en persona, le pregunté si estaba por la zona. Dijo que estaba en el trabajo y que no tenía tiempo para hablar. Luego advirtió que necesitaba decidir de inmediato si estaba dispuesta a cambiar la reserva. Como si pudiera oírme calcular en mi cabeza lo difícil que sería encontrar un hotel, agregó algo más a su discurso: “Es aproximadamente tres veces más grande. Esa es la buena noticia”